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miércoles, 20 de octubre de 2010

El maltrato hacia el profesorado

Una patada, una bofetada, un insulto, una humillación o una interrupción en clase, son el tipo de situaciones que se repiten con frecuencia en el día a día de un profesor. El maltrato es un tema muy polémico del cual nos estamos haciendo eco poco a poco en nuestra sociedad, los menores reciben una educación que les hace ser violento y esto es un problema ya que repercute negativamente en todos los ámbitos de la vida, tanto escolar como fuera de las instituciones académicas.

La educación se ha ido de las manos en los últimos años. Se ha pasado del castigo físico al alumno por parte del profesorado a la falta de respeto a los profesores por parte de los alumnos. Hace años, nuestros propios padres sufrían las consecuencias de simplemente no estar de acuerdo con el profesor y sufrir algún tipo de castigo físico o emocional (golpes con la regla, humillación delante de los compañeros, etc.). Hoy en día cualquier castigo físico está prohibido para los profesores, y cualquiera que incumpla esto puede verse en serios problemas con la ley. Esto ha dejado a los profesores casi sin protección respecto al alumno, que ahora cree tener consigo todo el derecho a responder o a tratar al profesor como un igual.

Esto está bien, tratarse unos a otros como iguales, pero el problema llega cuando ciertas personas se creen con el derecho a humillar, a criticar, a hacerles la vida imposible a personas que intentan enseñarle por su bien. Siempre se les echa la culpa a los profesores de haber suspendido, cuando a lo mejor deberíamos mirarnos a nosotros mismos y, en caso de que sea nuestra culpa, aceptarla.

No nos damos cuenta de que los profesores están ahí para enseñarnos, ayudarnos en nuestro camino académico para que seamos capaces de llegar a ser profesionales. También es verdad que no todos los profesores son buenos y están dispuestos a ayudar, sino a entorpecer; al igual que no todos los alumnos son buenos y disciplinados.

Debería existir una ley que permitiera a los profesores no ser agredidos por parte del alumno, así como el alumno es protegido por ley contra profesores irrespetuosos. Aparte de los medios legales, se necesita respeto. Respeto, algo que hoy en día parece estar pasado de moda. En nuestros valores debería estar más inculcado ese valor. Por eso hay tantos problemas en clase. Porque en casa no se enseña desde la infancia a ser respetuosos con los demás, o si se enseña se olvida porque no se lleva a la práctica. Hay niños demasiado caprichosos que tienen a sus padres controlados, y si tienen a sus propia familia así, ¿cómo van a respetar a un profesor, a una persona ajena a ellos?

Todo esto no quiere decir que haya personas que sean muy respetuosas, que sepan apreciar a las personas por lo que son: seres humanos. Puedes encontrar a un joven que se baje de la acera para que pase un anciano, como otro que le haga bajarse y encima se ría de él. Es cuestión de la educación que hayas recibido y de lo que quieras hacer con ella. Depende de la persona y sus valores internos.

Finalizando, el profesorado tiene que poner de su parte, saber que los alumnos son personas que están ahí para aprender, no para ser criticados, y además siendo conscientes de los problemas de las diferentes edades del alumno (como la pubertad, que les hace estar revolucionados sin que ellos quieran). Y el alumno debería poner de su parte y no criticar tanto al profesor, mirarse más a sí mismo y ver cuáles son sus defectos para poder solucionarlos y sabiendo que en el aula todo va mejor si todos conviven en armonía. Pero todo esto se aprende cuando realmente el alumno es consciente y estudia porque él quiere. Si los padres obligan a algo, eso hará que el alumno no quiera hacerlo y se rebele, y en clase pague las consecuencias de esta rebeldía. Sería conveniente una buena comunicación familiar para que el alumno sienta que lo que está haciendo es por su bien y no porque está obligado a algo que realmente no quiere hacer.

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